Muralla romana de Zaragoza
Zaragoza, Zaragoza, Aragón
Situación
La Muralla romana de Zaragoza forma parte de la Muralla urbana de Zaragoza, capital de provincia del mismo nombre. En la avenida César Augusto, junto al puente de Santiago, pueden verse los restos consolidados de un lienzo de muralla con algunas torres semicirculares. También puede verse otro lienzo formando parte de la fachada posterior del monasterio de Comendadoras Canonesas del Santo Sepulcro.
Historia
La ciudad de Zaragoza fue fundada hacia el año 14 a.C. como la colonia romana Caesar Augusta, asentada sobre el antiguo núcleo ibérico de Salduie. Fundada por veteranos de las legiones IV, VI y X tras las Guerras Cántabras, se convirtió en un importante centro político y administrativo en Hispania Citerior Tarraconensis. El desarrollo urbano de la ciudad fue condicionado durante siglos por las murallas, que sirvieron de defensa bajo dominaciones posteriores como la visigoda y musulmana. Los musulmanes aprovecharon un torreón romano para levantar el alcázar conocido como La Zuda, del cual subsisten la torre y restos de los muros.
Las murallas fueron iniciadas en el primer tercio del siglo I y prolongadas hasta el siglo II para proteger el creciente núcleo urbano. En la segunda mitad del siglo III se llevó a cabo una importante ampliación y refuerzo de la estructura, adaptándola a las nuevas necesidades defensivas del momento. A lo largo de la Edad Media, los visigodos y musulmanes aprovecharon la estructura romana como base para sus propios sistemas defensivos. Posteriormente, con el auge de los barrios extramuros en los siglos XIII y XIV, se levantaron nuevas defensas medievales que convivieron con los restos romanos. Durante los Sitios de Zaragoza en 1808, los restos de las antiguas murallas aún jugaron un papel en la defensa de la ciudad.
Descripción
La muralla romana de Zaragoza conformaba un recinto rectangular de 44 hectáreas, delimitado por un perímetro de 2.650 metros de longitud, muros de aproximadamente 10 metros de altura y hasta casi 7 metros de grosor, jalonado por unas 120 torres semicirculares distribuidas cada 14-16 metros. Disponía de cuatro puertas principales situadas en los centros de cada lado del recinto.
La construcción original combinaba un núcleo de opus caementicium (hormigón romano) con revestimientos exteriores de sillares de alabastro o piedra. Del siglo I se conservan restos de muros de sillería adosados a la cimentación de opus caementicium. Del siglo III se mantienen tramos con cuerpo interior de hormigón romano revestido con sillares de hasta 7 metros de espesor, salvo en el tramo oriental, donde la técnica se limitaba a 6 metros de grosor.
Se conservan dos tramos visibles: el mayor, de unos 80 metros de longitud, adyacente al torreón de La Zuda, y otro integrado en la fachada posterior del convento del Santo Sepulcro. Ambos presentan paramentos paralelos de sillería con mortero de cal entre ellos. La estructura está consolidada y puede visitarse libremente. Actualmente, algunos cubos semicirculares también son visibles.
Además, investigaciones recientes han revelado que la mayor parte de la muralla conservada corresponde a la reforma del siglo III, cuando se reforzó considerablemente su espesor y altura. Esta intervención reflejó la creciente necesidad de defensa frente a las amenazas de la época. La muralla condicionó el trazado urbano durante siglos, siendo referencia para la expansión y delimitación de la ciudad.
Estado de conservación
Los restos de la muralla romana se encuentran en buen estado de conservación tras las labores de restauración realizadas en el siglo XX, especialmente durante las décadas de 1980 y 1990. Se han consolidado los tramos supervivientes y acondicionado el entorno para su protección y visita. La muralla está protegida como Bien de Interés Cultural desde el Decreto de 22 de abril de 1949 y por la Ley 16/1985 sobre Patrimonio Histórico Español.
Protección
Bien protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE núm. 125, de 5 de mayo de 1949) y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
Páginas y sitios y Web
Fortificaciones próximas
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CastillosNet agradece la colaboración de Eduardo Argote Fraile, Luis Puey Vílchez, Miguel Ángel Cebrián Martínez, Oriol Miró Serra

Muralla romana de Zaragoza
Restos de la muralla romana de Zaragoza, uno de los principales testimonios defensivos de la ciudad en época imperial.